La Real Academia de la Lengua define el enroque así: en el juego del ajedrez, movimiento
defensivo en que el rey y la torre del mismo bando cambian simultáneamente su
posición.
En mi artículo del pasado 8 de
octubre sobre las elecciones primarias en el PSOE local, apuntaba la
posibilidad de que la agrupación socialista optara por el enroque, es decir,
por un intercambio de posiciones entre el
exacalde y quien había sido su principal soporte en el pleno municipal,
su portavoz, para afrontar la próxima cita electoral de mayo de 2015.
El 19 de octubre, de los 177
militantes censados (qué lejos de los más de 300 que llegó a haber), votaron
166 militantes, el 91%, por lo que hay que felicitar a toda la agrupación. De
ellos, 92 apoyaron la candidatura de Conchi Ufano, el 52% de los votos que
coincide exactamente con el de avales obtenidos para poder presentarse. Vaya
por delante mi enhorabuena a la candidata ganadora y, ahora sí, candidata a
conseguir la alcaldía.
Antonio Bizcocho, el otro candidato
en las primarias, obtuvo 64 votos, el 36%, a 28 votos de distancia de la
ganadora, obteniendo más votos que avales para su presentación. Si hace un mes
alguien pensaba que en la agrupación socialista, donde la asamblea está férreamente
controlada en cuanto a su composición por la ejecutiva local, 64 militantes
iban a dar la espalda al hasta ahora todopoderoso secretario general, es que
esa persona es un lince. Quizá estas primarias signifiquen un cambio de
tendencia y, si hay perseverancia en la actividad, puede ser el principio del
fin de una forma de hacer política que ha llevado al PSOE a su raquitismo
actual.
Habrá que estar muy atento a lo que
a partir de ahora haga la recién elegida candidata, a la que no le va a faltar
tarea. ¿Qué piensa hacer a la hora de confeccionar la oferta electoral, la
lista? ¿Hará lo que le pide el cuerpo o tratará de integrar a ese 36% de los
militantes en el proyecto para hacerlo más unitario? ¿Va a mantener el núcleo
duro del actual equipo de concejales o va a introducir elementos que no estén
salpicados por la actuación del equipo saliente? ¿Mantendrá la bicefalia y, por
tanto, la alargada sombra de su mentor (el enroque) o querrá actuar con
protagonismo e ideas propias?
Y en cuanto a la actuación política
externa, ¿va a propiciar un acercamiento a las demás fuerzas políticas del
municipio, fundamentalmente con PIDECO e IU, o va a seguir encastillada en su
actual aislamiento? ¿Va a continuar la actual línea de oposición, basada en los
insultos y descalificaciones, o va a comenzar una etapa de propuestas concretas
y realizables, de actitudes más humildes y conciliadoras, de más consenso y
menos panfletos?
De entrada Conchi Ufano tendrá que
arrostrar, no sólo la gestión (o la falta de ella) de la legislatura que acaba,
sino la herencia de los últimos 12 años de gobierno, en los que la falta de
consecuciones claras y concretas es directamente proporcional a la abundancia
de promesas incumplidas. Desenterrar aspiraciones como el tranvía, la SE40, el
vivero de empresas, las viviendas sociales, el empleo, los servicios, y un
largo etcétera, podrá ayudar a hacer un buen papel, pero nada de ello es
comparable con la rentabilidad electoral que puede conseguir un buen factor
humano, es decir, una candidatura que integre en vez de separar, que atraiga
votos en vez de repelerlos, que sea más de futuro que de pasado porque, además
de que agua pasada no mueve molino, el bagage de estos últimos años es más que
exiguo. Es un lastre.
Coria del Río, a 22 de octubre de
2014.
César S. Fernández López.
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