“Desenterrar aspiraciones como el
tranvía, la SE-40, el vivero de empresas, las viviendas sociales, el empleo,
los servicios y un largo etcétera, podrá ayudar a hacer un buen papel, pero
nada de ello es comparable con la rentabilidad electoral que puede conseguir un
buen factor humano, es decir, una candidatura que integre en vez de separar,
que atraiga votos en vez de repelerlos, que sea más de futuro que de pasado
porque, además de que agua pasada no mueve molino, el bagaje de estos últimos
años es más que exiguo. Es un lastre.”
El párrafo anterior era el que
cerraba mi último escrito fechado en 24 de octubre pasado, una vez conocido el
resultado de las primarias que aupaban a Conchi Ufano a la candidatura a la
Alcaldía por el PSOE. Desde entonces no he escrito nada que pudiera dar
sensaciones de malos deseos para mis antiguos compañeros (han sido 21 años de
militancia y todo es más doloroso).
El resultado electoral para el
PSOE tras ese enroque interno que hizo una muy disminuida agrupación local
socialista, no ha podido ser más elocuente. La catarsis interna exigida por
algunos, tras la moción de censura de abril de 2013, no se quiso llevar a
efecto, y como anunciábamos otros, lo que no hizo el partido, lo ha hecho el
pueblo. Lejos de rectificar el rumbo, se mantuvo corregido y aumentado, y la
soledad ha sido el fruto cosechado.
El PSOE obtuvo en las municipales
de 2011, 6.413 votos, un 42,31% del electorado. En estas elecciones, ha
obtenido 2.757 votos, con un 21,38%, es decir, ha perdido el apoyo de 3.656
votantes y 21 puntos porcentuales, más de la mitad de los que tuvo en 2011.
Hasta llegar aquí, los peores
resultados de la historia de la democracia para el PSOE, con una representación
reducida a la mitad, pasando de diez a cinco concejales de veintiuno que
componen el consistorio (el suelo electoral hasta ahora fueron los siete concejales de 1979), hemos asistido a la crónica de una muerte anunciada,
que la mayoría veía venir y que la dirección socialista se negó a ver. Aquellos
análisis para consumo interno que anunciaban un apoyo electoral similar al de
las europeas y autonómicas, se han convertido en un sarcasmo. Y todo por no
reconocer los errores y corregirlos, por empecinarse en amordazar, cuando no
expulsar, a cualquiera que se atreviera a llevar la contraria a sus postulados,
y promoviendo un culto a la personalidad en la figura del Secretario General y
exalcalde, que supo rodearse de un grupo mediocre (por sus frutos los
conoceréis) en el que nadie osara hacerle sombra o contrariarle. La marca PSOE
podía con todo y con todos, asegurando elección tras elección, el triunfo en
las municipales, manteniendo sueldos y prebendas.
Pero el tiempo da y quita
razones, y el electorado da y quita el poder. Hasta en un pueblo que vota
socialista en autonómicas, generales y europeas de forma masiva, por lo que el
demérito de la candidatura local es de manual de la política. Deberían mirarse
en el espejo de sus rivales, el PA y Modesto González a la cabeza.
Cuando tras las elecciones
europeas de 2014, el PSOE local afirmó que repetirían esos resultados en las
municipales, algunos miramos al cielo esperando algún milagro. Efectivamente,
el PSOE ganó aquellas elecciones con 2.935 votos (44,78%), perdiendo más de
2.000 votos respecto a las anteriores (4.935 votos) y más del 15% del
electorado. Conchi Ufano ha obtenido
menos votos que entonces y, por supuesto mucho menos porcentaje, por lo que la
responsabilidad de los líderes locales es manifiesta. Porque Modesto González
ha obtenido la friolera de 6.757 votos, con más de un 52% del electorado, mientras
que en las europeas, el PA obtuvo 589 votos (6.67%). Está claro que el flamante
alcalde electo está muy por encima de los resultados de su partido, por lo que
es mérito suyo y de su equipo, obtener en las locales siempre mejores
resultados que en las generales, autonómicas y europeas. Todo lo contrario que
en el PSOE, en el que sus candidaturas municipales, al menos en los últimos 12
años, siempre han sacado poco más o menos, la mitad de los votos de su
potencial electorado contrastado y verificado en otras consultas.
Como decía, hasta llegar a este
momento son muchas las barbaridades, contrasentidos, purgas y cacicadas las
cometidas por los que ahora se ven fuera del Gobierno Municipal y reducidos a
un grupo residual. Las eliminaciones sumarias de las listas de concejales
díscolos, de las distintas ejecutivas, la concentración de poder en la persona
equivocada, altanera y arrogante, sin ninguna empatía para el diálogo, que
llevó a la moción de censura, el empecinamiento de calificar al gobierno salido
de la misma como ilegal e ilegítimo, la desaparición de los concejales
(una sangría continua a lo largo de
estos últimos cuatro años) de la Institución y del partido, y un largo etcétera
que dejo para una futura ocasión (porque son muchas cosas las que habrá que
contar) han llevado a aquello de “entre todos lo mataron y él solito se murió”.
Para no alargarme y convertir
este artículo en un ladrillo, el futuro del PSOE local pinta muy negro, y este “jaque
mate”, heredero de aquel “enroque”, vence en esta partida. Pero habrá más. Mis
felicitaciones más sinceras a Modesto González y al PA, que vienen trabajándoselo
desde hace muchos años, y por fin lo han conseguido. Espero y deseo que sea
para el bien de todos, y creo que tenemos alcalde para rato. Es merecedor de
todos los halagos, y si en el PA todos funcionaran así, su práctica
desaparición de las instituciones sería impensable.
Por el contrario, la dimisión del
Secretario General local del PSOE y de toda su ejecutiva ya debería estar sobre
la mesa, puesto que ellos (con la anuencia por acción y omisión de la ejecutiva
provincial), y no otros, son los responsables de haber llegado a esta
situación. Es más que evidente que son un lastre pesadísimo para la regeneración
(¿refundación?) del socialismo local, como decía por cierto, en el final del párrafo
con que comencé estas reflexiones. Ya veremos.
Coria del Río, a 27 de mayo de
2015
César Santiago Fernández López
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