HABLAMOS DE CORIA

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martes, 6 de septiembre de 2011

Educación cuántica

Hace unos días, Pepe, un compañero de trabajo comentaba que la prensa se hacia eco de la venta de la primera computadora cuántica comercial. La D-Wave One construida por la empresa canadiense D-Wave System había sido vendida, por la considerable cifra de 10 millones de dólares, a Lockheed Martin, empresa dedicada a la alta tecnología aérea, espacial, militar,…Reconozco que aunque todavía soy incapaz de apreciar todo lo que puede llegar a suponer una computadora cuántica, sí creo haber entendido que se trata de un avance trascendental.
Todo lo que hacen los ordenadores actuales es gracias a la transformación de las instrucciones a código binario, 0 ó 1, es decir, con o sin impulso de corriente. A pesar de haber revolucionado el mundo, es en este punto dónde la computación digital se ve superada por la cuántica. Los ordenadores cuánticos son capaces de gestionar problemas más complejos porque los qubits pueden ser 0 y 1 a la vez.
Cuando el curso académico está a punto de comenzar otra vez, se me vienen a la mente las últimas declaraciones de los principales líderes políticos de nuestro país, palabras que no hechos.
Rubalcaba: “Tenemos un fantástico sistema educativo, el mejor del mundo para formar funcionarios…(ahora el) reto…formar emprendedores”. Rajoy anunció que en educación adoptará el modelo de formación profesional dual alemán.
Las propuestas de Rajoy y Rubalcaba suenan como programas de entrenamiento de gimnasio incompletos, que sólo persiguen unos bíceps enormes y se olvidan de otros músculos.
Y se equivocan de pleno, porque al igual que les pasa a los transistores de un ordenador actual, incapaces de gestionar y resolver problemas complejos, si la educación no es integral el producto final tendrá limitaciones.
Ambas propuestas están muy lejos de las conclusiones del reciente estudio de la UNESCO “Learning: The Treasure Within (La Educación encierra un tesoro)”. Para la UNESCO los cuatro pilares de la educación no son otros que aprender a conocer, a hacer, a convivir y a ser, todo proceso de aprendizaje que no integre estas cuatro dimensiones no es valido.
Si acierta Rubalcaba cuando afirma que no son necesarias nuevas leyes de educación, basta con que todos; profesores, políticos, padres, alumnos, en definitiva, la sociedad en su conjunto, actuemos de acuerdo con la máxima que lo importante es aprender y no pasar curso.
Pero aprender en el sentido cuántico, siendo capaz de comprender, gestionar y actuar ante situaciones de múltiples dimensiones y no como muchos ahora que han reducido todo a la simplicidad de la computación binaria: “1” me beneficio; “0” no me beneficio.
Al fin y al cabo es, también, lo que parecen que demandan las empresas: “Las empresas valoran la inteligencia emocional, la facilidad para trabajar en equipo y el espíritu de sacrificio por encima de los conocimientos técnicos” Informe IE University y Kreab Gavin Anderson sobre empresas del IBEX-35. Pero para ello, también es necesario que la sociedad llegue a reconocer tu trabajo más allá de lo que cobres.
C. Veloso