HABLAMOS DE CORIA

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lunes, 30 de enero de 2023

Coria del Río y el Arte de Cúchares -II-

 

Son muchos los toreros, novilleros, picadores y banderilleros, nacidos en Coria del Río, que ejercieron su oficio en el S-XX, y que podemos enumerar.

Pronto hablaremos de los taurinos del S-XXI.

Lógicamente no todos destacan igual en los distintos campos de la tauromaquia, pero a todos ellos se les atribuye el valor y la vergüenza torera suficientes para que podamos hacer, aunque sea, una breve reseña de los mismos:

Entre los matadores de toros, y en orden cronológico, podemos destacar a:

        Manuel Villalba. Nacido el 7 de abril de 1935,

 Manuel Villalba Gutiérrez fue un torero de arte que podríamos encuadrar dentro de la “Escuela Sevillana”.

En 1959 toma parte en seis corridas, entre ellas la de su presentación en Las Ventas (Madrid) el 14 de junio, alternando con Antonio Hurtado y Manuel Carra y toreando reses de José María Arauz de Robles, dando una vuelta al ruedo al estoquear a su primero.

El 16 de octubre de 1960 tomó la alternativa en el coso de la Real Maestranza (Sevilla), cediéndole la muerte del toro "Espadachín" de 460kg., Bartolomé Jiménez Torres, y actuando como testigo, Joaquín Bernadó. Su actuación la tarde de su alternativa podemos calificarla sólo de aceptable.

 Su labor como matador de toros no fue muy extensa, toreó dos corridas en 1961, tres en 1962 y otras dos en 1963.

Su última actuación como espada fue en la plaza de Vista Alegre (Madrid) el 3 de septiembre de 1963, alternando con José Gómez Cabañero y Curro Lasar y despachando un duro encierro del portugués Murteira Grave .
Según confesó a un amigo, su pena más honda fue la de no haber salido nunca a hombros en la plaza de Sevilla. Era un hombre muy abierto y expresivo, por lo que de él se cuentan muchas anécdotas.

Según cuenta Juan M. Suárez en su libro “Aquello era Doñana”. Siendo subalterno de un rejoneador, salió un toro difícil al que tuvo que matar porque el rejoneador no echó pie a tierra. Al final no acertó con la puntilla y la bronca fue monumental, pero peor fue el artículo aparecido en un periódico al día siguiente. A la semana siguiente repitieron en la misma plaza. El rejoneador en esta ocasión cortó orejas y Manuel, que había localizado al periodista que “…estaba sentado en una barrera, vestido como si fuera a una boda, fumando un puro habano, con una flor en la solapa de un traje oscuro…” Pidió al rejoneador una oreja y cuando pasó dando la vuelta al ruedo por el lugar adecuado le tiró la oreja con todas sus fuerzas, ésta le dio en la cara y le manchó de sangre la cara y la vestimenta.

Posteriormente, se convirtió en el hombre de confianza de los maestros Jaime Ostos y Ángel Peralta.

Hombre muy querido, especialmente en la zona de ‘Las Marismas’, siempre ayudó a todo aquel que soñaba con ser un día torero.

Falleció el viernes 13 de noviembre de 2020, en su pueblo natal, a los 85 años de edad. Manuel Llegó a tener gran predicamento en la Ciudad Condal y en Sevilla


        Manuel Díaz “Coriano”. Manuel Díaz Rodríguez, nacido el 4 de junio de 1948 en el seno de una familia muy modesta de jornaleros, sigue los pasos de su tío José Rodríguez  “Coriano”, que por aquel entonces era banderillero.

Comenzó toreando de becerrista apoderado por Kaíto Molina de Albacete. Actuó en bastantes plazas de la tierra manchega, en el verano de 1968.

De novillero con picadores tuvo grandes éxitos. En su debut en Sevilla el 22 de junio de 1969 salió por la Puerta del Príncipe con tres orejas.

En la misma Maestranza sevillana tomó la alternativa de manos de José Fuentes el 1 de abril del 1970, siendo Francisco Ruiz Miguel su testigo, el toro en suerte, de la ganadería de Lisandro Sánchez, se llamaba “Cavasena”, marcado con el número 10 y 497 kilos de peso.

En Madrid (16-04-1972) le confirmó la alternativa José Ruiz "Calatraveño" actuando de testigo Rafael Torres. En esta ocasión, no logró lucirse con ninguno de los astados.

Durante los años comprendidos entre 1973 y 1979 solamente se viste de luces en diecisiete ocasiones.

el 29 de agosto de 1982 vuelve a “Las Ventas” junto a Pedro Benjumea y José Ruiz "Calatraveño", lidiando reses de Eugenio Marín Marcos. Tampoco en esta ocasión tiene fortuna, y poco haría ya en campañas posteriores.

Después de unos comienzos clamorosos en los que se suceden los éxitos, poco a poco pierde los deseos de torear hasta que a principios de los ochenta se retira definitivamente.

 

         Manolo Corona. Manuel Cantón Moreno, coriano nacido en Suiza (25 de septiembre de 1971). Vivió de niño entre Coria y la Puebla del Río, y Allí, “impregnado del aroma de la marisma”, como él mismo cuenta, su padre le fue inculcando su amor por el toreo.


Actuó de novillero en plazas de primera categoría, toreó más de una veintena de tardes en La Maestranza de Sevilla y en la de "Las Ventas" de Madrid, donde sufrió una cogida el 12 de junio de 1988.

Toma la alternativa en la Real Maestranza de Sevilla el 15 de agosto de 1994, entregándole los trastos José Luis Paradas y actuando como padrino Pepín Liria.

Permaneció activo como matador de toros hasta 1997, siendo su última corrida la de la Oportunidad de la Real Maestranza de Sevilla.

Cuando abandonó el oro, toreó como banderillero a las órdenes de "Morante de la Puebla" con el que siguió hasta 2007, año en el que se retiró definitivamente de los toros por graves dolencias cardíacas.

En la actualidad, el torero es colaborador de Adyfa y es experto en conductas adictivas y drogodependencias. Con su testimonio ayuda a pacientes que llegan al centro citado.

Jesús Rivero Cárdenas

miércoles, 18 de enero de 2023

Coria del Río y el Arte de Cúchares

 

Coria del Río se ha distinguido por la afición al fútbol y la cantidad y calidad de futbolistas que ha dado. Pero no sólo ha destacado en este deporte, también en el campo de las artes podemos señalar a músicos, pintores, escritores y fotógrafos. En otros deportes podemos citar: el balonmano, el tenis, el tenis de mesa entre otros.

Pero hoy vamos a destacar un arte singular, que en Coria ha dado buenos y destacados representantes en todas sus facetas, el toreo.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, “Toreo” es el “la acción y arte de torear. Mientras que “Torear” se define como “lidiar toros en una plaza”

Coria ha dado buenos toreros (matadores y novilleros), banderilleros y picadores (Estos últimos con bastantes y muy buenos representantes).

 

En este artículo vamos a hablar de los matadores de toros nacidos en nuestro pueblo en el Siglo XIX y que con mayor o menor fortuna llegaron a “doctorarse” en el arte de la tauromaquia.

 

Diego Prieto Barrera "Cuatrodedos", es el más antiguo del que tenemos referencias. Conocido con este sobrenombre porque en la niñez, le amputaron el dedo anular de una mano.

Nacido el 28 de enero de 1856, su nombre aparece en los carteles a partir de 1874 actuando de banderillero de novillos en plazas de poca importancia.

Sus padres, labradores, quisieron que aprendiera el oficio de tahonero, profesión que el joven Diego Prieto Barrera abandonó enseguida, para irse aficionando poco a poco a participar en las capeas que tenían lugar a su alrededor.

Con tan sólo diecinueve años de edad, debutó en la plaza de toros de Madrid, en la cuadrilla del novillero Emilio Campillo "El Herraíto". En esta primera actuación en la plaza más famosa del mundo, “Las Ventas”, banderilleó un novillo del duque de Veragua, dejando una grata impresión entre el entendido público. Al año siguiente, formando parte de la cuadrilla del torero madrileño Vicente García "Villaverde", volvió a banderillear a sus órdenes en el mismo coso, pero esta vez para enfrentarse ya con toros bravos; estamos hablando del día 4 de junio de 1876.

Los años 1880-81 actuó como sobresaliente con los matadores Antonio Carmona y Fernando Gómez, aunque al mismo tiempo toreaba ya como novillero.

Tomó la alternativa en Sevilla de manos de "Currito", el 28 de septiembre de 1882 cuando contaba 26 años de edad. El toro que lidió se llamaba "Charpito" y era de la ganadería de Laffite.

En 1883, toreó en Sevilla, Madrid, Bilbao, Segovia, Cádiz y otras, alternando con Currito, Frascuelo y Lagartijo entre otros.

En 1883, el 6 de mayo tenía que confirmar su alternativa en Madrid, pero por problemas con "Currito" éste se negó a cederle el primer toro y confirmar la alternativa, y desde entonces fue decreciendo su estrella en España.

En la revista “El Arte Taurino” núm. 23 de 27/08/1894 el columnista “Sinsabores” dice lo siguiente de este torero: “Diego Prieto Cuatro-dedos es un lidiador de tan buena escuela, posee tales conocimientos en su arte, que con el capote domina las reses, juega, las burla, doma su fiereza y las hace autómatas de su voluntad; es decir, tenemos en él un verdadero intérprete de la escuela sevillana, con sus adornos y jugueteos, con esa filigrana que impropiamente han dado en llamar cordobesa y que no es más que una rama desprendida del árbol de la Tauromaquia que aún conserva sus raíces en el fructífero suelo de la capital de Andalucía”

 

Sabemos que visitó México en varias ocasiones a lo largo de los años que permaneció activo, toreando entre otras, en la plaza de San Marcos de Aguas Calientes, por un escrito que ha llegado a nosotros y que entre otras cosas dice: "desfilaron por la plaza figuras como Bernardo Gavino Lavi, Diego Prieto, Ramón Lopez, «Rebujina», Lino Zamora, y la gran figura de la época Ponciano Díaz". También en la obra "Charros contra gentlemen" de M.C. Vázquez se puede leer: "Ponciano” vistió a la usanza española con un terno morado y oro que le regaló el torero hispano Diego Prieto alias "Cuatro Dedos".

A principios de los noventa, “Cuatro Dedos” se retiró de los ruedos definitivamente.

 


Pedro Ferrari,
Pedro Domingo Ferrari Tiravit, nacido en Coria del Río (29/09/1874) en la calle de la Plaza,3. (Actual calle Méndez Núñez). Fue el primer torero, que conozcamos, que llevó el sobre nombre de "Coriano"

Su padre, Antonio Ferrari Florenzana era de Basilicata (Italia), su madre Rosalía Tiravit Palma era natural de Coria.

Toreó en Carabanchel en 1897 y debutó en la plaza de Madrid el 5/01/1902 en compañía de Fernando Herrera "Cantaritos".

El 13 de agosto de 1905 volvió a torear en la madrileña plaza de "Carabanchel Bajo" junto a "Joselete", las reses eran de Buenabarba, estando muy mal en su primero y regular en el otro. A pesar de su floja actuación le repitieron el siguiente día 20 con astados de la misma ganadería y con "Negrete” como compañero.


Parece ser que murió en 1918 a consecuencia de la llamada "gripe española".

 

Estos dos toreros de Coria del Río que vivieron en el S-XIX, son los que conocemos hasta ahora. Posiblemente pudo haber algún otro, pero no nos consta. Esperando que os haya gustado, en un próximo artículo trataremos sobre los toreros y novilleros corianos del S-XX.

                                                                                                                                  Jesús Rivero Cárdenas


viernes, 13 de enero de 2023

La Captura de un sueño

 
Me desperté en el cuarto de siempre en la cama de siempre. La noche anterior me había quedado hasta bien entrada la madrugada estudiando para el examen de biología que tenía después de las vacaciones de Semana Santa. 

Con un bostezo me levanté, mientras abría perezosamente los ojos. Fruncí el ceño ante las paredes, que antes estaban tan pulcramente pintadas, ahora estaban desconchadas y con grietas en las esquinas; complicado no darse cuenta hasta ahora.
La cosa se volvió más extraña al notar la gruesa capa de polvo en los muebles, además de su evidente deterioro; la mesita de noche se sostenía milagrosamente en pie valiéndose únicamente de dos patas y media.

A pesar de aquello mi mente seguía demasiado dormida como para que la alarma saltara. Esperaba el grito de Joselito desde la tienda de enfrente de mi casa; anunciando que le acababan de llegar las frutas o avisándole a algún vecino de cuanto le debía de la compra del día anterior. En vez de eso solo escuchaba el silencio.

«Estará cerrado por algún cumpleaños» fue lo primero que pensé, pero al asomarme por la ventana los ojos se me abrieron de par en par. La pequeña tienda había desaparecido, realmente no quedaba nada que recordara al  edificio que había visto cada día durante doce años al salir por la puerta de mi casa. Ahora lo que veían mis ojos era una estructura moderna, de paredes de hormigón y enormes ventanales.
Con una rapidez guiada por la desesperación que empezaba a brotarme en el pecho, me calzé las Converse y me vestí rápidamente. El silencio al salir de mi habitación me asustaba cada vez más. Generalmente escucharía a mi madre hablar con mi tía por teléfono, mientras esta trataba de convencerla para ir a comer a la Soledad. Pero no se oía nada.

Bajé lo más rápido que pude las escaleras, donde las marcas de los zapatos quedaban impresa por el polvo en los escalones. Con demasiado esfuerzo abrí la puerta. Lo que me esperaba en la calle no me lo podía haber predicho nadie:
El color amarillo y blanco del pueblo que antes pintaba las casas había sido sustituido por un gris oscuro y paredes de cristal. Nada seguía igual, la casa de mi abuela, un edificio de época; había sido sepultado por una tienda de ropa extraña con colores demasiado grises para ser la moda actual. Presa del pánico eché a correr sin saber muy bien a donde iba, choqué con una niña que llevaba la camiseta de España con dos estrellas sobre el escudo, ¿en que momento habíamos ganado otro mundial?
Paré delante del quiosco de lotería, abrumada por el sentimiento de que estaba fuera de lugar.
Anda que me equivocaba, en la papeleta, justo arriba de la imagen de Santa Rita la fecha casi me hace caer de espaldas.2 de a
bril; Domingo de Ramos, del 2122.

Cayetana Veloso Rivero